Itzalean es una instalación interactiva que crea divisiones en el espacio, líneas arbitrarias y susceptibles de ser cruzadas.
Una línea aparece durante unos segundos mientras establece su ubicación, después desaparece, dejando al espectador en la sombras, evitando no surcar una línea que no ve. Cada línea es una provocación, pero también un riesgo, la misma línea te alerta, descubrirla es romperla y comenzar de nuevo.
El proyecto“Itzalean” empezó como una metáfora del funcionamiento de las nuevas divisiones o fronteras. Son líneas sutiles que raras veces vemos pero están ahí, identificando a la gente que las cruza. Algo que se quiere expresar en este trabajo es que es muy difícil localizar líneas invisibles: Al principio se muestran claramente pero el recuerdo de estas se va diluyendo en la memoria. Sin embargo siguen allí y su recuerdo se hace presente al ser cruzadas.
Así, lo curioso de esta obra ha sido su evolución de prohibición a provocador de cruce. Lo que queda claro en el funcionamiento de esta instalación es que si no se cruza esta frontera, no ocurre nada mas, no se avanza. Finalmente la propuesta de esta obra es empujar al usuario a jugar con los límites, a experimentar con lo indebido.
Este trabajo surge de una investigación en curso que explora las fronteras, su función y comportamiento, su efecto en la construcción de rasgos identitarios, y los sujetos transfronterizos y limítrofes que deciden vivir en la frontera. Mediante esta instalación, convertimos momentáneamente a los usuarios en estos sujetos, con la esperanza de incitar una reflexión en ellos.
AutoresEl proyecto fue desarrollado por Iosune Sarasate en colaboración con Luis Toledo. El trabajo de producción y experimentación artística, durante los 4 meses de la residencia, consistió en construir prototipos de cada parte de la instalación, explorar y refinar la propuesta.
Esta colaboración permitió emplear distintas técnicas para enriquecer el proyecto, además de un aprendizaje mutuo en un ejercicio de trabajo cooperativo.
Proyecto desarrollado y expuesto gracias a la residencia de Arte Digital 2018 de Mediaestruch y l’Estruch Fàbrica de Creació